PRINCIPIOS

PRINCIPIOS

martes, 17 de diciembre de 2013

FLUYE


`Todo lo que no fluye, influye´



Difícil-fácil, sencillo-complicado; a todos nos pasa, en todo tiempo y lugar. Las vivencias dejan una huella que siempre se puede elegir. Sin ningún tipo de comillas. Sí, es posible, sólo tienes que preferirlo. A mí, como a ti, me han pasado muchas cosas, pero yo (espero que tú también) elijo que el río pase.



La que acabas de leer es una introducción a una de las frases personales que más orgullo me producen hasta la fecha en mi vida. Esa frase encabeza este artículo: “Todo lo que no fluye, influye”. He llegado a pensar, siempre desde la humildad, que esa expresión es como un tótem del pensamiento clásico que se le olvidó a Platón, Aristóteles, Kant o Nietzsche.



Cuando las personas se “enquistan” en un problema, una persona, un defecto, una manía o un sueño malogrado, suelen marcar en su interior una cruz que siempre estará presente, con mayor o menor protagonismo, dependiendo de la energía vital que en cada momento irradie.



Si nos comparamos con un río que va al mar, nuestra vida (el agua que corre) viaja por el bosque de la realidad y se encuentra obstáculos, pruebas de diferente importancia. Si son destacables, nuestro agua (vida), no fluye con normalidad y se estanca. Este hecho supone que el lugar se va a ver influido por nosotros y nosotros por él, una interacción que puede ser positiva y cambiar el entorno, convirtiéndolo en un hábitat elegido. Hasta ahí todo es perfecto...



Pero no siempre es así. En cuántas ocasiones el “agua de vida” de las personas no fluye. Suele ocurrir cuando el obstáculo afecta más que la persona a él, y ahí, es cuando todo se para. Se para el agua, se intoxica de un lugar, persona, hecho no elegido. En estas circunstancias se ven muchas personas y no saben como destruir la barrera que no deja seguir su camino. En momentos así, mi querida frase cobra sentido para quien se ha quedado parado en una presa.



Los sueños, hasta  los proyectos de toda una sociedad necesitan no verse influidos por el “obstáculo” no elegido,  ya que entonces, su fuerza, el agua, está estancada. Tantas veces se sabe y se tropieza en la misma piedra, pero se sigue enquistado en ello,  como si de un genio maligno (Descartes) se tratase, un genio que está dentro de la propia persona, o pensamiento colectivo. Sí, es posible, puedes y se puede elegir no sentir a la creación de Descartes y seguir el camino.



Dejar fluir las cosas permite regresar a la senda de un bosque que admitirá el agua de vida en dirección a su destino. Si te encuentras estancado recuerda que “todo lo que no fluye, influye”.

 Todo lo que no fluye, influye es agua rápida y libre que camina hacia su destino en la palabra de Miguel Ángel Blanco Martínez,







            

                                    

No hay comentarios: