PRINCIPIOS

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martes, 28 de enero de 2014

Un Dia Comprendí




Un día comprendí, que amando sin límites  lograba superar el dolor, 
la soledad y la distancia…

Un día comprendí, que cuando se amaba sin esperar respuestas,
 las respuestas llegaban solas y de la mejor forma.

Un día comprendí que amando a todos por igual, los 
envidiosos, celosos, vanidosos, orgullosos, agresivos, impiadosos…
 los sanaba y me sanaba, pues el amor es un bálsamo que 
perdura en el tiempo eterno y en el espacio infinito.

Un día comprendí, que cuando lloras en el rencor y el odio, cada
 lágrima socava aún más las heridas y te alejas de la tu propia 
esencia, pero cuando las lágrima se acompañan del amor el 
dolor es sanado en la LUZ!!!

Un día aprendí, que las enfermedades son las respuestas de
 emociones negativas, pensamientos descontrolados, palabras
 hirientes, acciones agresivas.

Un día sentí que perdonando y perdonándonos a nosotros 
mismos, las heridas cicatrizaban más rápido y las enfermedades
 se transmutaban en salud.

Un día aprendí que el Ser Humano, es el único ser vivo del
 Planeta Tierra, que comete el mismo error, miles de veces y 
continúa diciendo que tiene razón y la responsabilidad es ajena.

Un día aprendí, que la lógica se puede aplicar a casi todo, menos…
 en el sentir del corazón.


Un día aprendí, que cuando solté la “lógica” y me anclé al corazón, logré ingresar a mi propia y única… Paz Interior.

Un día aprendí con lágrimas de compasión, sonrisas de ternura, silencio interior y Paz en mi corazón, que la vida es un instante en la eternidad de Dios.

Un día sentí que yo soy un pedacito de Dios encarnado con una misión, Ser Luz en el caos, ser Amor en el conflicto, ser lazo de Unión en la separación, ser la que soy aunque no me comprendan, aunque me juzguen, hasta cuando me insultan.

Pues para eso es el AMOR, para serlo siempre, no solo cuando
 nos aman, sino también cuando nos discriminan, nos ignoran, nos
 golpean, cuando se alejan y cuando se olvidan de nuestro amor.

También aprendí que el amor perdura, no envejece, no se pierde,
 siempre está presente, pues siempre deja algo en los corazones,
 esas chispas de alegría que te iluminan en la peor de las tormentas.

Un día aprendí, que hasta el corazón más duro, se doblega con una
 caricia de amor, pues para el amor nada es imposible.

Un día aprendí, que la sabiduría, no se encuentra en los libros, ni 
en las profecías, ni en el conocimiento de lo que fuimos en otras
 vidas, ni canalizando a los Maestros, ni encontrando el Alma Gemela,
 ni conociendo a la Llama Gemela, pues ante la adversidad, ante la 
alegría, ante Dios Padre/Madre, siempre se está solo… nosotros y la 
Fuente Divina.

Un día comprendí, que soy el resultado de milenios, pero no lo recuerdo, 
entonces…caminando hacia mi Silencio Interior encuentro la Paz de mi esencia.

Un día comprendí que aceptar mi realidad cotidiana por más
 agobiante que la sienta, fue mi elección, antes de llegar a este tiempo,
 para mi mejor bien y para el mayor beneficio de todos aquellos 
que están conectados a mí corazón.

Un día aprendí  que el verdadero AMOR es silencioso, nada pide y 
entrega todo.

Nada pregunta y sabe todo, pues el amor es como el aire que se filtra 
en todas partes, llega más allá de la mente, del conocimiento… nunca 
se detiene, pues no conoce de límites.

Con Amor, Ashamel Lemagsa


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