PRINCIPIOS

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jueves, 6 de febrero de 2014

La Postura Del Indalo



La postura del Indalo, de pie con las piernas y los brazos abiertos, fue 
considerada en la antigüedad la máxima expresión de la divina proporción. 
En esta postura, el cuerpo humano describe una estrella de cinco puntas
 o pentagrama, símbolo de la totalidad, de la unión de lo femenino y lo 
masculino, de lo terrenal y lo celestial.

Para los pitagóricos el pentagrama es símbolo de la armonía viva y de la salud. Para los alquimistas, cabalistas y magos de la Edad Media es el símbolo del micrococosmos, es decir, los aspectos físicos y astrales del ser humano. Así mismo la estrella de 5 puntas se ncuentra en muchas estructuras orgánicas de seres vivos como las estrellas de mar y en numerosas flores y vegetales. 
La postura del Indalo es la máxima apertura
 que puede adoptar el ser humano, de esta forma adoptamos la geometría
 sagrada, abiertos a recibir los bienes y bendiciones que la vida nos ofrece. 
Con esta actitud, aumentamos nuestra conciencia, descubriendo que
 dentro de nosotros hay un manantial de sabiduría. Podemos percibir que
 portamos información desde el origen del Universo y que formamos una 
unidad con todos los elementos que lo componen. Pertenecemos a un 
Universo vivo en el que todas las partes están relacionadas e interactúan 
entre sí, formando un holograma multidimensional. La postura del Indalo es 
usada con las piernas semiflexionadas y la pelvis ligeramente basculada
 como punto de partida de algunos movimientos del milenario Chi-Kung y del
 Taichi chino: el arte de hacer fluir con armonía la energía vital, para conseguir
 salud, vitalidad, agilidad, longevidad y conciencia. La Postura del Indalo se
 usa también para representar la Órbita Macrocósmica Chi-jing ba-mai: la 
energía que circula a todas las partes del cuerpo por medio de los Ocho
 Meridianos Extraordinarios. Es la poderosa postura que atrae y capta el 
“Chi cósmico” o energía vital. En las asanas del yoga, que pretende la unificación
 del cuerpo y la mente mediante una combinación de ejercicios de respiración,
 estiramientos y meditación, encontramos la postura del Indalo como una
 poderosa forma de invocación corporal. Cuando recitamos los mensajes,
 hacemos una práctica o realizamos los ejercicios en la postura del Indalo
 estamos pidiendo al Universo que se materialicen nuestros deseos con una
 “intención total”, la cual se genera gracias a invocar con el cuerpo, con la voz, 
con la mente y con el espíritu. Todos los sentidos, todas las dimensiones del 
ser, unen sus poderes y potencialidades para ayudarnos a alcanzar nuestros
 objetivos. Los siete chacras principales son importantes centros receptores y 
transformadores de la energía vital. Se encuentran localizados en: la coronilla
 el 7º, en el entrecejo el 6º, en la garganta el 5º, en el centro del pecho el 4º,
 en el plexo solar el 3º, bajo el ombligo el 2º, y en la base del tronco el 1º.
 La postura del Indalo alinea geométricamente nuestro campo energético,
 atrayendo las energías vitales cósmicas y terrestres. Las manos extendidas,
 orientándolas hacia la dirección que desees, por medio de los puntos lao-gung
 situados en el centro de ambas palmas, tienen la capacidad de atraer y enviar
 energía. También, las plantas de los pies con sus puntos yun-chuan cumplen
 una función similar. Adoptar la postura del Indalo, aumenta nuestro poder
 interior y potencia nuestra actitud para estar abiertos a recibir en nuestras vidas
 toda la abundancia y protección que el Universo puede ofrecernos: paz, amor,
 prosperidad, salud, sabiduría, alegría, belleza y armonía. Significa así mismo tener
 los pies en la tierra y amar y respetar al planeta que nos da la vida. Al adoptar la
 postura del Indalo sentimos que estamos en conexión con los campos de
 información de la naturaleza (Campos Morfogenéticos), para evolucionar como
 personas individuales y como Humanidad. Aprendemos a desarrollar, con nuestra
 poderosa mente, múltiples facultades que están dormidas o insuficientemente
 activadas. Adquirimos la certeza de que podemos moldear una personalidad
 sana, individual y diferenciada, de la que emerjan todas nuestras mejores 
cualidades. Nos sentimos con la capacidad y el poder de contribuir a crear
 un mundo saludable y agradable, uniendo nuestras intenciones benévolas.


1 comentario:

Alumnos/as de Primaria dijo...

Una información muy interesante.Gracias guapa,un abrazo